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Cuando llevamos a nuestro bebé a casa desde el hospital, seguramente nuestro pediatra nos aconsejó que durmiese en nuestra habitación, ubicando a nuestro pequeño y nuevo compañero de habitación en una cuna cerca de nuestra cama.
Los estudios sugieren que en su primer año de vida, los bebés que duermen con sus padres (pero no en la misma cama) tienen menos probabilidades de sufrir el síndrome de muerte súbita infantil, que los bebés que duermen en su propia cuna.
Las razones no están claras, pero los científicos sospechan que tiene que ver con un sueño más ligero: los bebés que duermen cerca de sus padres podrían despertarse más fácilmente y evitar el sueño profundo, que es un factor de riesgo para el SMSL (síndrome de muerte súbita del lactante).
Esta es una razón importante para mantener a tu bebé cerca. Compartir habitación también tiene sentido desde un punto de vista logístico. La alimentación en mitad de la noche y los cambios de pañales son más fáciles cuando hay menos distancia con tu bebé.
Pero los bebés crecen. Empiezan a comer con menos frecuencia, y es natural preguntarse durante cuánto tiempo debéis compartir habitación. Esta es una pregunta sin una gran respuesta. En noviembre de 2016, un grupo de trabajo de la Academia Americana de Pediatría sobre SMSL actualizó las pautas para dormir. La recomendación anterior era que los bebés deben dormir en la habitación de los padres durante su primer año de vida. La nueva sugerencia es que los bebés deben dormir en la habitación de los padres durante los primeros 6 meses, aunque lo ideal sería durante el primer año de vida.
Algunos estudios plantean la razón por la cual los bebés deben dormir en su habitación antes de su primer cumpleaños: es posible que duerman más por la noche en sus habitaciones. Según informaron los investigadores, los bebés que dormían en sus propias habitaciones a los 4 o 9 meses de edad tenían más horas de sueño nocturno que los bebés de las mismas edades que compartían habitación con los padres.
El equipo pidió a cientos de madres que realizaran estudios sobre el sueño de sus hijos cuando tenían 4, 9, 12 y 30 meses de edad. Algunos de estos 230 niños dormían en sus propias habitaciones cuando tenían menos de 4 meses, otros entre los 4 y 9 meses, y el resto aún compartían la habitación de sus padres a los 9 meses.
A los 9 meses, los bebés que habían estado durmiendo solos desde los 4 meses de edad durmieron un promedio de 40 minutos más que quienes compartían habitación. Los investigadores no encontraron diferencias en la duración del sueño entre los grupos de bebés a los 12 meses de edad. Sin embargo, a los 30 meses de edad, los niños que habían estado durmiendo en sus habitaciones a los 4 o 9 meses de edad dormían en promedio 45 minutos más por la noche que los niños que habían compartido la habitación de sus padres a los 9 meses.
Tanto los bebés como los adultos experimentan breves despertares durante el sueño. Pero cuando los padres están justo al lado de los bebés, es más probable que respondan a los breves despertares de sus hijos, con lo que despiertan más al bebé.
Aquí tienes algunas otras razones por las que es una buena idea que tu hijo aprenda a dormir solo:
1. Los niños necesitan aprender a calmarse durante la noche. Si siempre tienen un padre al que aferrarse, no aprenderán a cómo calmarse por sí solos.
2. Los niños necesitan aprender que sus padres tienen su propia relación de la que están excluidos de una manera saludable. Ver que sus padres disfrutan de su relación cuando son adultos les abre el camino para que los niños esperen una compañía similar cuando sean mayores.
3. Los niños se sienten orgullosos cuando sienten que pueden cuidarse por sí mismos. Se visten, realizan sus tareas de higiene y regulan su propio sueño. Esto crea autonomía y la confianza para atender sus propias necesidades.
4. Los niños aprenden a dormir fuera de casa. Si no pueden dormir sin sus padres, sus actividades sociales se limitan.
5. Los padres que trabajan todo el día extrañan a sus hijos y sus hijos los extrañan. Así que el deseo de pasar la noche juntos es genial. Sin embargo, encontrar otras formas de pasar el tiempo en lugar de dormir juntos conduce a un desarrollo saludable y una relación sólida entre padres e hijos.
6. Muchos niños tienen temores durante la noche, como a la oscuridad o los monstruos en el armario. Estos son miedos normales que les conviene superar en sus propias camas. Los niños aumentan su confianza cuando pueden dominar sus temores con la orientación y la tranquilidad de los padres.
Referencias:
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Hijo de Hipnos, dios del sueño, y de Nix, diosa de la noche, era considerado el dios de los sueños. Su tarea más cotidiana era dormir a los mortales para aparecerse en sus sueños.
“Caer en los brazos de Morfeo” es una expresión muy utilizada en diferentes idiomas y que se refiere al hecho de quedar profundamente dormido.
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